En la actualidad, Holanda está apostando por la impresión 3D, por lo que además de casas y puentes de acero, están utilizando bolsas plásticas de basura para crear equipamiento urbano, principalmente bancas, las cuales pueden ser fácilmente personalizadas. Estas bancas ya están siendo producidas a gran escala y se pueden encontrar en varios parques, escuelas, oficinas y otros lugares públicos y privados de los Países Bajos, pero sin duda, esta brillante idea de convertir un material de desecho en un producto cotidiano valioso, debe replicarse en todo el mundo.
El impacto que produce la reutilización de materiales que suelen ser un grave problema de contaminación, es uno de los mejores métodos para neutralizar el calentamiento global, ya que además de sacar la basura de las calles, se evita la contaminación que se genera al fabricar un producto. Otra función que tienen estas bancas, es para colocar mensajes de campañas de reciclaje, con la intención de que las personas hagan conciencia de la importancia de la recolección y reciclaje del plástico.
Cabe señalar que las bancas pueden reciclarse de nuevo hasta siete veces para crear más muebles para espacios públicos; por si fuera poco, pueden ser utilizadas como espacios para colocar publicidad, lo que, a largo plazo, costearía la compra de dicho equipamiento. Los expertos saben que crear mobiliario urbano diseñado mediante PET reciclado, es una de las soluciones para contribuir al cuidado del medioambiente y al sano esparcimiento de los ciudadanos.
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