En la mayoría de las ciudades las calles están llenas de señales de tránsito, símbolos, letreros direccionales o simplemente barreras y marcas en las calles, que cotidianamente inquietan a los ciudadanos. Pero sin duda toda esta señalética es indispensable, ya que regula nuestro complicado tráfico vehicular evitando cualquier tragedia. Además de los vehículos automotores de pasajeros, de carga, motociclistas y transporte público, los ciclistas y peatones son una parte constante del tráfico diario.
Por esta razón se requieren caminos y áreas especialmente señalizados en los que, como los peatones, puedan adaptarse de manera segura a la situación general del tráfico. Los carriles para bicicletas, a menudo acompañados de caminos para peatones, se indican mediante señales reglamentarias.
Los pasos peatonales y las vías especiales, forman parte de la señalización reglamentaria y delimitan con precisión las áreas especiales de tráfico; sin embargo, los peatones deben tener especial cuidado, ya que sus áreas transitables regularmente son pequeñas y a veces, no son del todo visibles.
La señalización vial responde a la necesidad de organizar y brindar seguridad en caminos, calles, pistas o carreteras, pero su verdadera importancia radica en el cuidado de la vida y la integridad de quienes transitan por dichas vías, así como de la atención que se le preste y de la responsabilidad de asumir lo que ordenen. Por eso es necesario contar con equipamiento vial de calidad, resistente y duradero; que guie tanto a transeúntes como a conductores por el camino de la seguridad y la prevención de cualquier accidente.